Pueblo Cuqui era un pueblo más de la España vaciada, de esos en los que no vivía nadie hasta que retornaron los tres abuelitos que un día decidieron volver al pueblo a cumplir su propio sueño, aquel de cuando ellos mismos eran niños también.
El tiempo, la experiencia y la edad nos da el diploma más importante y provechoso de toda nuestra vida.
El primer preso condenado en Pueblo Cuqui y llevado a la cárcel fue "Tito Pelón" (su nombre real era Ceferino), apodado así porque nunca se peina. Se le acusó de estafa y de atentar contra la salud pública.
El Abuelo Paco, como alcalde de Pueblo Cuqui, se hizo cargo de la situación del reo y ordenó un plan para reinsetarlo a la sociedad. La Brujita Colorá trabajó en la terapia de rehabilitación(era lo más parecido a una psicóloga de entre todos los que había en el pueblo) y la Abuela Maruja como su técnico de formación. En muy poco tiempo hicieron de él un hombre de provecho.
Pasó varios meses encerrado. Fue puesto en libertad por buena conducta, buen estudiante y buen trabajador. Pero, a pesar de intentarlo muchas veces, no fueron capaces de conseguir que aprendiera a peinarse.
El "Abuelo Paco" decía siempre:"Nunca sabremos lo que vale un hombre si no le hemos dado la oportunidad de demostrarlo",
"Todos somos capaces de aprender cualquier cosa con el tiempo necesario y el método adecuado, siempre y cuando se quiera aprender",
"Todos tenemos nuestro sitio en la vida. Sólo tenemos que saber buscarlo".
Cuqui Gafitas,
el escritor de Pueblo Cuqui, le escribió un cuento ya que fue uno de los novios de su mamá.